La inversión social transforma vidas y multiplica valor


En un momento en que la responsabilidad social y la sostenibilidad ya no son opciones, sino estrategias imprescindibles, contar con organizaciones capaces de generar valor real -medible y tangible- es clave para construir el futuro. Porque ya no es suficiente con tener una misión claramente identificada o unos buenos proyectos: hay que demostrar con datos qué impacto real generamos en la sociedad.
En la Fundación Ared llevamos más de tres décadas acompañando a personas en situación de vulnerabilidad -especialmente mujeres- hacia un futuro digno a través de la formación, el acompañamiento y la inserción laboral. Pero nos hemos propuesto dar un paso más: medir con criterios objetivos el valor social que generamos, para compartirlo con transparencia con todos los agentes implicados.
Con este propósito hemos aplicado la metodología del Valor Social Integrado (VSI), desarrollada por la Cátedra Mango de Responsabilidad Social Corporativa de ESCI-UPF. Esta herramienta nos permite cuantificar en euros no sólo la actividad económica directa, sino también todo aquel impacto que no aparece en los balances contables: el valor que aportamos a las personas, a las empresas colaboradoras ya las administraciones públicas.
Los resultados son claros: el Valor Social Integrado de la Fundación Ared supera los 10,8 millones de euros . Por cada euro que gestionamos, devolvemos 2,12 euros en valor social . Si lo vinculamos exclusivamente a la financiación pública recibida, la cifra asciende a 5,28 euros por euro invertido . Son datos que validan nuestro trabajo, pero también una herramienta que debería servir para establecer alianzas más sólidas, transparentes y estratégicas.
Este ejercicio de rendición de cuentas no es sólo una muestra de responsabilidad: es una apuesta por el valor compartido. Cuando una empresa, entidad o administración apuesta por la inclusión laboral, facilitar prácticas formativas, realizar acciones de Voluntariado, colaborar financiando algunos de los proyectos o confiar en la Fundación Ared para desarrollar algún programa, no sólo contribuye a transformar vidas —lo que ya es lo suficientemente valioso en sí mismo—, sino que también está contribuyendo a generar un retorno tangible para el conjunto .
Por eso, desde la Fundación Ared queremos reforzar nuestro mensaje en el mundo empresarial, institucional y también en administraciones: hay que caminar juntos, con rigor, con objetivos comunes y con una clara voluntad de impacto. Medir el valor
que generamos no es sólo una cuestión interna, sino una herramienta para hacer crecer alianzas más sólidas, duraderas y transformadoras.
La Fundación Ared es un claro ejemplo de cómo el compromiso social que generamos puede traducirse en resultados extraordinarios, tanto para las personas como para la economía y para el conjunto de la sociedad. El modelo demuestra que la inversión social no es sólo ética, sino rentable.
¿Qué puede aprender el sector corporativo de la Fundación Ared?
- Que la sostenibilidad no es sólo ambiental, también es social y económica .
- Que la inversión pública y privada en inclusión genera retornos cuantificables , no sólo reputacionales.
- Que los resultados más potentes surgen cuando las empresas se alian con entidades sociales para crear valor conjunto .
- Y que detrás de cada cifra hay personas: mujeres que hoy tienen una ocupación laboral , una red de apoyo y una vida digna .
Propósito, transparencia y rentabilidad pueden ir de la mano:
El modelo de la Fundación Ared nos invita a repensar cómo medimos el éxito. No sólo se trata de balances, sino del impacto en la vida de las personas, el retorno a la sociedad y la creación de valor compartido. Y sólo desde la transparencia, profesionalidad y voluntad de generar cambio real, podremos avanzar hacia una sociedad más justa y cohesionada.
Invertir en lo social ya no es una opción filantrópica. Es una estrategia inteligente. Y la Fundación Ared lo demuestra con datos todos los años.
